Hoy cumple 78 años el pianista y cantante de rock & roll y country Jerry Lee Lewis, uno de los tres supervivientes de la primera generación del rock & roll junto a Chuck Berry y Little Richard. Si Elvis era escandaloso, Jerry Lee Lewis era directamente un inadaptado social. Fue el primer rockstar de la historia. Rebelde, provocador, impertinente, blasfemo, abiertamente sexual e incluso polémico en su vida personal, este rubio de Ferriday (Louisiana), personificó el salvajismo del rock'n'roll en los años cincuenta.
A los 21 años, cuando se presentó a una audición en los estudios Sun, Jerry Lee había sido expulsado de una escuela religiosa, se había casado dos veces, había intentado trabajar (sin éxito) como vendedor de máquinas de coser y había pasado una temporada en prisión. Tocaba el piano desde los 10 años y carecía de toda clase de complejos: estaba seguro de que era el mejor, y no lo ocultaba. Su primer single fue una versión de un viejo tema llamado 'Crazy arms'. Las ventas funcionaron aceptablemente, por lo que Sam Phillips (dueño del estudio) convocó a Lewis para grabar más canciones.
Más seguro de sí mismo -si cabe- sus presentaciones comenzaron a dar muestra de una energía que rondaba lo maniático, parándose en medio de las canciones para tocar con los codos o los pies e incluso, como lo hizo una vez en una fecha compartida con Chuck Berry, incendiar su piano al final del show. Su siguiente single fue su verdadero salto al estrellato, tanto que Sam Phillips pasó a considerarlo como el único artista capaz de disputarle el trono a Elvis Presley. El tema se llamaba 'Whole lotta shakin' goin' on'. Y luego llegó la confirmación, con el mítico 'Great balls of fire'.
Jerry Lee y Myra |
Jerry Lee Lewis recuperaría cierta popularidad a finales de los sesenta y principios de los setenta, cuando se dedicó al country & western y obtuvo algunos hits como 'Chantilly lace', en 1973. Luego su vida personal entró de nuevo en una pendiente descendente: su matrimonio con Myra terminó, sus dos esposas siguientes murieron (una ahogada, otra de sobredosis de metadona) y su hijo de 19 años también perdió la vida en un accidente.
El 22 de noviembre de 1976, Jerry estrella su Rolls Royce en una cuneta y es arrestado por conducir borracho. Diez horas después, se presentó en casa de Elvis Presley, -borracho de nuevo y con una pistola cargada- asegurando a voz en grito que su viejo colega de la Sun Records le había arrebatado el trono del Rock and Roll y merecía morir. El escándalo dio la vuelta a los Estados Unidos... Su adicción al alcohol y los tranquilizantes se volvió incontrolable. De no haber ingresado en la clínica de rehabilitación Betty Ford, difícilmente habría sobrevivido.
De hecho, muchos le dieron por muerto hasta que en 1981 publicó el single 'Thirty nine and holding' (39 años y aguantando). A mediados de los años 80 su carrera tuvo un nuevo revival gracias a la película biográfica 'Great balls of fire'. Hasta nuestros días sigue dando recitales por todo el mundo, manteniendo las extravagancias escénicas de antaño y demostrando que nunca se es demasiado viejo para el rock n' roll como en este concierto de agosto de 2010.
A pesar de sus problemas personales, su talento musical es incuestionable. Apodado 'The Killer' (El Asesino) por su poderosa voz y su manera de tocar el piano en el escenario, fue descrito por su compañero Roy Orbison como "el cantante más salvaje de la historia de la música rock".
En 1986 Jerry Lee Lewis formó parte del primer grupo incluido en el Rock and Roll Hall of Fame, siendo el primer artista introducido en el mítico Salón de la Fama. Sus últimos trabajos han sido sendos álbumes de duetos, 'Last man standing' (2006) y 'Mean Old Man' (2010), con varios 'próceres' del rock (Jimmy Page, Ringo Starr, Mick Jagger, Keith Richard, Don Henley, Sheryl Crow, Eric Clapton y Neil Young, entre otros).
Uno de los pasatiempos favoritos del Killer cuando va pasadito de copas es (o por lo menos era) contarle a jóvenes periodistas incautos las trolas más fantásticas que uno se pueda imaginar acerca de su juventud y comienzos. Por eso muchas biografías de Jerry Lee están llenas de anécdotas y hechos que son pura invención.
Otra de las características de su personalidad es su extraordinaria soberbia. En la ocasión mencionada más arriba, se celebró un show en 1958 organizado por Alan Freed y Jerry Lee aparecía en el cartel inmediatamente antes que Chuck Berry, que era el artista que cerraba el show.
Acostumbrado a finalizar los conciertos con sus frenéticas canciones, le sentó como un tiro tener que tocar antes que Chuck Berry, precisamente en un momento en el que ambos estaban en lo mejor de sus respectivas carreras. Así que, mientras se despedía con el 'Whole lot of shakin' roció el piano con gasolina, le prendió fuego y dijo mientras salía del escenario: "Supera eso, negro!" ('Top that, nigger'). El episodio aparece en la película 'Great Balls of Fire', aunque con el diálogo suavizado, por supuesto. En el film Jerry Lee dice: "Supera eso, amigo".
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